Por: Agata Foksa Biegaj
En agosto de 2022, Europa fue testigo de una de las mayores catástrofes ecológicas de su historia, siendo el río Odra de Polonia su epicentro. La mortandad masiva de unas 360 toneladas de peces a lo largo de 500 kilómetros puso al descubierto graves deficiencias en la gestión de los ríos y la protección del medio ambiente. Esta catástrofe puso de relieve la urgencia de replantear nuestro enfoque de la protección ecológica, pasando de la explotación antropocéntrica al reconocimiento de las entidades naturales como titulares de derechos legales.
¿Qué pasó en 2022 ?
Imagínese un río lleno de vida, pero ahora en un silencio espeluznante, con el hedor de la muerte flotando en el aire. Esta era la realidad del río Odra en 2022. Los informes de la Comisión Europea y las autoridades polacas revelaron que la catástrofe no era un fenómeno natural, sino el resultado de factores inducidos por el hombre. La proliferación de “algas doradas” (Prymnesium parvum), un organismo tóxico, se vio favorecida por la alta salinidad, las elevadas temperaturas del agua y las condiciones de estancamiento agravadas por la regulación del río. A estos factores se sumaron los vertidos industriales, una supervisión medioambiental insuficiente y lagunas sistémicas en la gobernanza del agua.
Fuente: Autor.
El coste ecológico inmediato fue asombroso. Se perdieron más de 1.650 toneladas de peces, un 60% menos que antes de la catástrofe. Los mejillones autóctonos, fundamentales para la filtración del agua, disminuyeron un 88%, lo que allanó el camino a especies invasoras como el mejillón chino. En total, casi 300 millones de organismos acuáticos, incluidos caracoles y otros invertebrados, se vieron afectados.
Las investigaciones posteriores de la Oficina Superior de Auditoría de Polonia (NIK) sacaron a la luz fallas sistémicas. Una estructura de gobernanza fragmentada en la que participaban 17 entidades diferentes no dejaba clara la responsabilidad por la salud del río. Las normativas industriales eran laxas, lo que permitía importantes vertidos de contaminantes salinos y químicos al río. Las decisiones políticas que daban prioridad a actividades económicas como el transporte marítimo sobre la salud ecológica agravaron el problema. Resulta alarmante los cambios legislativos introducidos tras la catástrofe, como la relajación de los límites de salinidad del agua, los cuales han sido criticados por perpetuar el riesgo de catástrofes similares.
Por qué Odra necesita personalidad jurídica
La catástrofe puso de manifiesto el fracaso de los enfoques tradicionales de gestión de los ríos. Los marcos jurídicos antropocéntricos, que tratan los ríos como propiedades o recursos, no responden a los retos medioambientales modernos. En el caso del Odra, los intereses industriales eclipsaron las preocupaciones ecológicas, lo que condujo a décadas de abandono y sobreexplotación. Reconocer al río Odra como entidad jurídica sujeto de derechos ofrece una solución transformadora enraizada en el movimiento mundial por los Derechos de la Naturaleza.
Países como Ecuador, Canadá, Nueva Zelanda y España han sido pioneros en el reconocimiento jurídico de las entidades naturales, otorgándoles derechos a existir, florecer y ser restauradas. En Polonia, tras la catástrofe del Odra, Robert Rient ha iniciado un movimiento para redefinir fundamentalmente nuestra relación con el río. Este esfuerzo condujo a la creación de la Plemię Odry (Tribu del Odra), una comunidad comprometida con la concientización y la organización de acciones para proteger el río otorgándole personalidad jurídica. Con el tiempo, la Tribu Odra formalizó sus actividades creando la Fundacja Osoba Odra (Fundación Persona Odra), reforzando aún más la capacidad del movimiento para defender el río. Esta iniciativa popular ha culminado ahora en un impulso legislativo para reconocer formalmente los derechos del río Odra.
La Carta de Derechos propuesta para el río Odra se basa en estos precedentes mundiales y los adapta al singular contexto ecológico, cultural y sociopolítico del río.
La Carta de Derechos del Río Odra: Un plan para el cambio
El proyecto de ley para el reconocimiento del Odra como entidad jurídica esboza un amplio marco para la protección y gobernanza del río. En esencia, el proyecto de ley establece un catálogo de derechos fundamentales para el Odra, entre los que se incluyen:
- Derecho a existir y evolucionar de forma natural: Garantizar que el Odra pueda mantener su caudal natural y sus funciones ecológicas sin interferencias excesivas.
- Derecho a la protección contra la contaminación: Impedir el vertido de contaminantes, incluidos los residuos industriales y salinos, en el río.
- Derecho a la biodiversidad: Restauración y mantenimiento de la biodiversidad, incluidos los hábitats de peces, moluscos y plantas acuáticas autóctonas.
- El derecho a la restauración: Dar prioridad a las medidas activas para rehabilitar el ecosistema del río, abordando tanto los daños a corto plazo de la catástrofe de 2022 como la degradación a largo plazo provocada por las actividades humanas.
- Derecho a estar representado en las decisiones jurídicas y políticas: Creación de un Consejo de Guardianes, formado por expertos científicos, representantes de las comunidades locales y defensores del medio ambiente, para que actúe en defensa de los intereses del río.
- El derecho a no ser explotado de forma insostenible: Garantizar que las actividades económicas, como la navegación y la energía hidroeléctrica, no comprometan la integridad ecológica del río.
Este innovador marco jurídico desplaza la atención de la explotación a corto plazo a la gestión a largo plazo, garantizando que el bienestar del Odra se integre en todos los procesos de toma de decisiones.
Fuente: Autor.
Aprender de los ejemplos mundiales
El movimiento mundial por los Derechos de la Naturaleza aporta valiosas ideas sobre cómo la personalidad jurídica puede salvaguardar los ecosistemas. En Ecuador, la Constitución reconoce a la Pachamama (Madre Tierra) como entidad con derechos, lo que garantiza la protección de los ecosistemas naturales. Del mismo modo, los tribunales colombianos otorgaron derechos al río Atrato, lo que dio lugar a cambios tangibles en la gobernanza, incluida la creación de guardianes locales encargados de velar por su salud.
La decisión de España de otorgar personalidad jurídica a la laguna del Mar Menor sentó un precedente para la protección de masas de agua en marcos jurídicos ecocéntricos. La personificación de la laguna ha permitido a las comunidades locales emprender acciones legales contra la contaminación y la destrucción del hábitat, lo que constituye un caso de estudio convincente para el Odra.
Nuestra iniciativa: De la defensa a la legislación
En la Tribu del Odra hemos estado a la vanguardia del movimiento por los Derechos de la Naturaleza en Polonia. Nuestra campaña, Przepływy, movilizó a miles de personas en apoyo de la causa, concientizando sobre el potencial de la personalidad jurídica para transformar la gobernanza de los ríos. Aprovechando este impulso, ahora estamos impulsando la Declaración de Derechos del Río Odra, trabajando con organizaciones ecologistas, juristas y comunidades locales para hacerla realidad.
Nuestro objetivo es claro: queremos presentar la Carta de Derechos del Río Odra al Parlamento polaco, demostrando que una gobernanza ecológica innovadora no solo es necesaria, sino también factible. Este esfuerzo se alinea con objetivos más amplios de la Unión Europea, como restaurar 25.000 kilómetros de ríos caudalosos para 2030, lo que colocará a Polonia a la cabeza del movimiento por los Derechos de la Naturaleza.
Fuente: Autor.
Fuente: Autor.
Una visión para el futuro del Odra
Otorgar personería jurídica al Odra no es sólo un gesto simbólico; es un paso práctico para abordar la degradación ecológica y prevenir futuras catástrofes. Al establecer un sólido marco de derechos y responsabilidades, la propuesta de ley garantiza que la salud del río sea prioritaria en todas las decisiones políticas y de gobernanza.
Nuestra visión del Odra es de resiliencia, renovación y justicia ecológica. A través de la personería jurídica, el río puede trascender su historia de explotación y convertirse en un faro para la coexistencia sostenible con la naturaleza.
Para más información y para apoyar nuestra iniciativa, visite osobaodra.pl. Juntos podemos crear un futuro en el que los ríos se respeten no como recursos, sino como entidades vivas con derechos intrínsecos.
Sobre Agata Foksa Biegaj
Agata Foksa-Biegaj es una abogada especializada en derecho internacional y derechos humanos, con experiencia trabajando para el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, Global Rights Compliance y WWF Japón. Apasionada por conectar el derecho, la protección ambiental y la justicia social, también explora la intersección entre la espiritualidad, la astrología y el empoderamiento humano. A través de su fundación “Better”, Agata integra su experiencia legal con un enfoque visionario para inspirar un cambio significativo.